La segunda semana de diciembre nos llevó hasta Marrakech, desde allí nos acercamos a Ait Ben Haddou (cerca de Ouarzazate) para admirar la belleza de esta kasbah, a las puertas del desierto e ignorante del paso del tiempo. Es realmente espectacular la belleza del lugar, la ausencia de sonidos "humanos" como los del odioso tráfico... sólo se oían a las aguas del rio correr y los pajarillos.
Es uno de esos sitios que te reconcilian con la vida.
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