Fontana di Trevi. Foto: Ricardo Acosta

viernes, 18 de marzo de 2011

El lector, Bernhard Schlink


La historia está contada por el personaje principal, Michael Berg, situado en Alemania:

 Es el año 1958; Michael, un joven de quince años, se enferma camino a su casa cuando Hanna Schmitz, veintiún años mayor que el, lo ve le ofrece ayuda, lo limpia y se asegura que llegue a su casa sano y salvo. Michael pasa los siguientes tres meses ausente del colegio luchando contra la hepatitis.
Michael va a visitar a Hanna para agradecerle por su ayuda, allí se da cuenta que se siente atraído hacia ella.
Ella  lo seduce comenzando así una relación primordialmente sexual. Desarrollan como ritual bañarse y después hacer el amor, antes de lo cual ella pide que le lea en voz alta, normalmente piezas de literatura clásica. Meses más tarde Hanna desaparece sin dejar rastro alguno.
 Siete años más tarde, Michael es estudiante de leyes. Un grupo de mujeres que habían servido como guardias para la SS, están siendo juzgadas por permitir que trecientas mujeres judías murieran en el incendio. Para sorpresa de Michael Hanna es una de las juzgadas, lo que lo lleva a una montaña rusa de emociones que se encuentran y desencuentran, se siente mal por haber amado a una criminal implacable y a su vez está consternado por la voluntad que tiene Hanna de aceptar toda la responsabilidad, por haber supervisado a otros guardias aunque haya evidencia que pruebe lo contrario.

Durante el juicio Michael se da cuenta que Hanna es analfabeta, lo que demuestra que ella no puede ser culpable de todos los crímenes que se le imputan; también sale a la luz que Hanna tomaba prisioneras débiles o enfermas y les pedía que le leyeran en voz alta antes de enviarlas a morir a la cámara de gas. Michael se preguntará si Hanna lo hacía para darles a las prisioneras unos últimos días meramente tolerables o si las mandaba a morir para que no revelaran su secreto....

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